Así como los expertos ahora esperan que el coronavirus se vuelva endémico, un amplio conjunto de riesgos sociales también se ha vuelto omnipresente en la toma de decisiones comerciales. A medida que las crisis aparecen y desaparecen con mayor frecuencia e impacto, los líderes que apuntan al futuro se enfocan en cuatro riesgos de alto impacto a largo plazo:
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Al momento de escribir este artículo, los casos de la variante Omicron de COVID-19 están disminuyendo en muchos países, y los expertos observan posibles nuevas variantes, citando evidencia de que el virus que causa el COVID seguirá siendo endémico. Los líderes enfocados en el futuro se mantienen atentos en el mantenimiento de programas y la promoción de estrategias para educar a los empleados sobre la efectividad de las intervenciones que limiten la propagación de amenazas de enfermedades infecciosas actuales y futuras. Equilibran su enfoque entre los esfuerzos de mitigación a corto plazo y las estrategias de gestión de riesgos a largo plazo de múltiples niveles. En áreas con altas tasas de transmisión y casos, apoyan los testeos, una óptima ventilación, el uso de máscarillas de alta calidad, el distanciamiento físico, la reducción de viajes y la disminución de la densidad de empleados, a través del trabajo remoto o los horarios de trabajo alternados. Al compartir recursos sobre la importancia del autocuidado, las vacunas y refuerzos, facilitan que los trabajadores se mantengan saludables, enfocándose en actividades para equilibrar las operaciones de gestión de crisis y la continuidad y el crecimiento del negocio.
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Los datos sugieren que la crisis de la “Gran Renuncia” dará paso a una escasez permanente de talento en algunas áreas, particularmente para ciertos trabajos, habilidades y geografías. Además, muchos de los trabajos de la próxima década aún no se han inventado. En este ambiente, los líderes que se enfocan en el futuro enfatizan las estrategias de talento que involucran tanto la ofensiva como la defensiva, y crean lugares en los que la gente quiera estar sin importar las circunstancias. Se esfuerzan por ser "ganadores netos de talento", contratando más empleados de los que pierden debido a las renuncias y aprendiendo por qué las personas se unen y se quedan, así como por qué se van. Diferencian la cultura y las experiencias de los empleados en lugar de simplemente aumentar los salarios y perpetuar la inflación salarial. Saben que brindarles a los trabajadores programas flexibles de trabajo, pago, beneficios y desarrollo de habilidades, da como resultado una ventaja competitiva significativa sobre sus pares menos flexibles. Utilizan el propósito como aglutinante de liderazgo para impulsar la constancia en la cultura de la empresa, mientras se transforman los modelos comerciales y las operaciones diarias.
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El cambio climático y la transición a una economía “neta-cero”, plantean nuevos desafíos para los líderes en un mundo de mayor frecuencia y concurrencia de eventos climáticos, y aceleración de los objetivos de transición climática. El análisis climático permite a los líderes tomar decisiones sólidas al mejorar la transparencia y reducir las brechas de datos. Los análisis también destacan las fortalezas y limitaciones de las herramientas disponibles y sus implicaciones para la planificación. Las empresas líderes impulsan una acción climática significativa mediante la contratación y el desarrollo de personas con nuevos conjuntos de habilidades y capacidades, la reorganización de funciones y procesos clave, la creación de nuevas métricas en los programas y la incorporación de cuestiones climáticas en el gobierno corporativo. Estas organizaciones toman medidas para comprender y cuantificar su impacto ambiental e incorporar los roles de los empleados en sus estrategias. Debido a que las personas son facilitadores críticos, tanto de la sustentabilidad como de los esfuerzos de gestión de riesgos, los líderes con visión de futuro se enfocan en intervenciones orientadas hacia las personas para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos. Las organizaciones exitosas crean culturas y programas para los empleados que se alinean con las estrategias y los objetivos, así como también, de manera más amplia, para respaldar los compromisos de la empresa en torno al clima. Abordan los riesgos climáticos a través de la adaptabilidad, lo que permite la incorporación de nueva información que llega a diario o cada hora, y la capacidad de actuar con decisión cuando ocurren eventos repentinos, al mismo tiempo que gestionan estrategias a largo plazo para lograr los objetivos de transición climática.
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A pesar de un enfoque considerable en la pandemia, la escasez de talento y los eventos climáticos, los líderes con visión de futuro entienden que los crecientes riesgos geopolíticos interconectados de la actualidad también abarcan problemas más amplios, como la guerra, el terrorismo y las amenazas cibernéticas. Por ejemplo, las cadenas de suministro pueden verse interrumpidas por disputas entre países, especialmente cuando se trata de materias primas y productos perecederos, componentes tecnológicos (ej., microchips) o energía (ej., petróleo, gas natural, electricidad). También saben que los ataques cibernéticos y la inestabilidad geopolítica están vinculados, con un daño potencial significativo a los activos digitales y financieros, la cadena de suministro y la reputación. Los líderes exitosos abordan la relación asimétrica entre las amenazas a la seguridad y los incidentes, y no dan por sentado el impacto potencial de un actor solitario, una disputa arancelaria o una escaramuza fronteriza (o guerra). Desarrollan un plan de múltiples variables, incorporando conciencia, previsión y juicio en sus operaciones ante la situación. El objetivo es prepararse de manera efectiva para las amenazas predominantes y generar una posición más sostenible y resiliente a través de la organización, la comunicación y la educación. Esto significa aumentar la vigilancia y comprender que la adaptabilidad también es el rasgo organizacional y de liderazgo más importante para responder a las amenazas globales a gran escala.
En última instancia, los líderes que tienen visión de futuro, buscan evitar espirales descendentes causadas por eventos cruzados. Dada la frecuencia y la ocurrencia simultánea de estos riesgos, los líderes exitosos reconocen su naturaleza interconectada y administran una “cartera” de riesgos a nivel empresarial.
