Desde que comenzó el comercio, adaptarse a un entorno incierto y variable ha sido fundamental para el éxito empresarial. Los desafíos de hoy se ven impulsados por la frecuencia y la complejidad de las amenazas en todas las categorías de riesgo, incluyendo la geopolítica, la volatilidad económica, la salud de la población, el cambio climático, la cadena de suministro, el talento y la tecnología. Ahora es el momento de actuar, involucrando a las personas y activando el propósito de combatir estas amenazas y crear oportunidades.
Damos a conocer tres imperativos críticos para progresar en un panorama cambiante:
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El entorno contemporáneo ilustra el impacto de múltiples riesgos de baja frecuencia y alto impacto que surgen casi simultáneamente: una pandemia global, crisis financieras, una serie de eventos climáticos de "cien años", perturbaciones sociales y una importante escasez de mano de obra. Si bien la frecuencia y la concurrencia de estos eventos pueden parecer poco probables, el análisis predictivo de WTW en 10 categorías de riesgo calcula una probabilidad del 63 % de uno o más eventos de cien años en una década determinada, y una probabilidad del 26 % de que ocurran múltiples eventos de este tipo en el mismo período. La probabilidad es aún mayor cuando los eventos son interdependientes.
La mejor manera de prepararse para tales riesgos (así como para otros, como la guerra, el terrorismo o las amenazas cibernéticas) es verlos a través de una lente común a nivel empresarial. Al considerar un portafolio de riesgos de manera cohesiva, las organizaciones pueden lograr mejores resultados que al administrarlos de manera independiente. Los datos, los análisis y los modelos estadísticos que abordan las vulnerabilidades conectadas conducen a una mejor previsión y juicio, además de evitar una posible espiral descendente de rendimiento creada por múltiples factores.
Por ejemplo, el riesgo de inversión se ha vuelto más sistémico, difícil de diversificar o cubrir y altamente incierto. La creación de valor a largo plazo y la toma de decisiones efectiva no pueden basarse en el análisis básico de los patrones de retorno históricos y requieren comprender cómo los nuevos riesgos de la ecología, la tecnología y los cambios demográficos pueden desencadenar cambios en el valor.
Conectar los riesgos para impulsar resultados superiores significa identificar y anticipar constantemente las amenazas, prepararse para lo inesperado y estar listo para actuar con decisión cuando sea necesario. Aquí hay tres ejemplos en los que vemos una oportunidad significativa:
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A medida que los inversores se centran más en el valor intrínseco y la salud económica a largo plazo a través del capitalismo de las partes interesadas, aumentan sus expectativas con respecto a los compromisos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y de sostenibilidad. Para ser efectivos, los objetivos ESG deben estar vinculados directamente con la gestión de riesgos a largo plazo:
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La resiliencia organizacional es la capacidad de recuperarse de eventos adversos, idealmente lograda mediante la comprensión de sus lecciones, para emerger mejor posicionado frente a eventos similares. Desarrollar resiliencia requiere una amplia gama de capacidades que se abordan mejor en tres frentes:
Si bien los eventos recientes nos han desafiado, las acciones de liderazgo demuestran que es posible en los negocios de hoy administrar con éxito a través de la incertidumbre. También muestran lo que es más importante: las personas y el propósito. Al centrarse en los tres imperativos que hemos descrito, las organizaciones pueden ser más fuertes y estar mejor preparadas para el futuro.