El año 2021, un 73% de los empleadores en Chile, indicó que quería diferenciar sus programas de bienestar para satisfacer las necesidades de los empleados en un amplio espectro, según la Encuesta de Diagnósito de Bienestar de WTW. En respuesta a la pandemia de COVID-19, muchos empleadores han tomado medidas exitosas para mejorar sus programas de bienestar, lo que incluye abordar las necesidades físicas, financieras, emocionales y sociales de los empleados.
Sin embargo, la Encuesta Global de Actitudes y Beneficios de 2022 de WTW descubrió que los empleados aún pueden tener dificultades en ciertas áreas, a pesar de las acciones de sus empleadores. Además, los empleados tienen diversas necesidades y éstas varían según el salario, la generación y otros factores demográficos. Nuestra investigación apunta a la necesidad de que los empleadores monitoreen constantemente los efectos de sus programas y respondan en consecuencia, a medida que las necesidades de los empleados cambian con el tiempo.
La salud emocional ocupó un lugar central durante la mayor parte del 2021, a medida que la modalidad de trabajo virtual, la realineación de las prioridades de cuidado, las dificultades financieras, los problemas de justicia social y la soledad se convirtieron en desafíos cada vez mayores para los empleados. En respuesta, más del 80% de los empleadores en Chile reconocieron el estrés, el agotamiento, la ansiedad y la depresión como problemas principales entre su fuerza laboral, y el 99% priorizó abordar estos temas.
99% de los empleadores señalan como prioridad abordar el estrés, el agotamiento, la ansiedad y otros aspectos del bienestar emocional de su fuerza laboral
Entonces, ¿cómo logran los empleadores satisfacer las necesidades de los empleados en 2022?
La Encuesta Global de Actitudes y Beneficios 2022 de WTW da a conocer una imagen emergente de cómo les está yendo a los empleados a medida que disminuyen los temores de una pandemia y el mundo se ajusta a la tan esperada "nueva normalidad". Un hallazgo clave de la encuesta es que en Chile el bienestar financiero ha logrado una mejora respecto a antes de la pandemia, mientras que el bienestar emocional y social se han deteriorado, al mismo tiempo que el bienestar físico se ha mantenido sin mayores cambios.
El bienestar social es una preocupación creciente, ya que sólo el 20% de los empleados en Chile informaron sentirse conectados socialmente en 2022, en comparación con el 33% en 2019.
En particular, Gen Y, Gen X y Boomers experimentaron disminuciones en sus niveles de bienestar social de 36% a 22%, 33% a 20% y 32% a 21%, respectivamente, entre 2019 y 2022.
A diferencia de la situación mundial, donde se muestra una inseguridad financiera en aumento, en Chile un 39% de los empleados informaron mejor nivel de bienestar financiero, en comparación con un 34% en 2019. Si bien, aún 2 de cada 5 empleados mencionan vivir del sueldo mensual y no contar con ahorros significativos, la cifra disminuyó respecto al 2019 de 51% a 41%.
A pesar de que las generaciones Y, X y Boomers han mejorado su bienestar financiero, la generación Z lo ha disminuido drásticamente desde el 2019, pasando de 41% a 23%.
Además, 1 de cada 5 empleados están experimentando disminuciones en las cuatro dimensiones del bienestar. Estos trabajadores de “alto riesgo” corresponden principalmente a mujeres solteras, trabajadores de bajos ingresos y personas jóvenes.
Los empleados en Chile están tomando nota de las acciones de sus empleadores cuando se trata de garantizar su bienestar. El 47% cree que el bienestar es una parte importante de la cultura de su organización y el 42% siente que su gerente tiene un sincero interés en su bienestar.
Cuando se les preguntó en qué beneficios les gustaría que se concentraran sus empleadores, los empleados en Chile señalaron en primer lugar la gestión de la salud, seguido por el trabajo flexible y en tercer lugar la jubilación.
En particular, la jubilación se mantuvo dentro de los primeros dos puesto de foco para las generaciones X y Boomers, a diferencia de la Generación Z y Millenials en que destacó más el desarrollo profesional y la gestión de la salud emocional.
La encuesta Global Benefits and Attitudes de 2022 también levantó que, los beneficios, las herramientas, recursos y una cultura laboral que apoya la dignidad y genera confianza en los empleados son elementos clave para un mejorar el bienestar de ellos. De hecho, aquellos empleados que informan niveles más altos de bienestar poseen una percepción media-alta respecto a la dignidad y equidad al interior sus empresas, en relación a:
Es importante que los empleadores consideren todos los pilares del bienestar: físico, emocional, financiero y social en todo momento. Los factores económicos, ambientales y sociales han desempeñado y seguirán desempeñando un papel clave en la salud y el bienestar de nuestros empleados, por lo que es importante establecer una sólida cultura de bienestar.
Satisfacer las necesidades de bienestar de los empleados tuvo prioridad durante la pandemia de COVID-19, particularmente cuando los problemas de salud mental se hicieron más frecuentes. Como resultado, muchos empleadores tomaron medidas para crear estrategias para programas de bienestar que dieron como resultado que la organización adoptara una cultura integral de bienestar. El siguiente paso para los empleadores ahora, será asegurarse de que la cultura esté arraigada incluso cuando los empleados necesiten cambios.
Este es un desarrollo positivo tanto para los empleados como para los empleadores, ya que una cultura de bienestar puede generar una mayor confianza de los empleados e impulsar un cambio positivo (incluidos estilos de vida más saludables, mejores situaciones financieras y una mejor salud mental). Nuestra investigación indica que los empleados en Chile, que se sintieron apoyados por sus empleadores durante la pandemia tienen un 28% más de probabilidades de quedarse y son un 45% más comprometidos que aquellos que no se sintieron apoyados. Además, estas organizaciones perdieron 9,4 días menos por ausentismo/presentismo, en promedio.
El bienestar no es una proposición de “impleméntalo y olvídalo”. Los programas de bienestar requieren atención y monitoreo continuo para tener éxito, con especial atención a los empleados de alto riesgo que pueden estar luchando en las cuatro dimensiones del bienestar a pesar de los mejores esfuerzos de sus empleadores.
Si la pandemia nos ha enseñado algo, es que los empleadores deben monitorear y satisfacer continuamente las necesidades de su fuerza laboral y poder cambiar las estrategias de bienestar según sea necesario. Aquellos que lo hacen están preparados para experimentar mejores resultados, incluidos niveles más altos de retención y compromiso, con niveles más bajos de presentismo y/o ausentismo.