Pilar de transición hacia un futuro descarbonizado
La energía es un recurso que se puede generar, transportar y transformar fácilmente, pero también es posible almacenarlo. La clave para hacerlo de forma práctica y rentable es almacenar la energía producida cuando la capacidad de generación renovable es alta. En un mundo que se encuentra en medio de una transición hacia fuentes de energía renovables, un mejor almacenamiento es vital para respaldar estas tecnologías, asegurando que las redes eléctricas puedan equilibrarse y maximicen cada megavatio verde generado.
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Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA)
Así, el almacenamiento eficiente se convierte en una de las respuestas al dilema de la ausencia de fuentes principales de generación como el sol o el viento. Este pilar de la transición energética, permite una producción flexible de energías renovables y garantiza su integración a la matriz energética. Por ello, por ejemplo, el Gobierno de Colombia, a través del Ministerio de Minas y Energía (MME), desarrolló una iniciativa para establecer una hoja de ruta que ayudara a potenciar el desarrollo y comercialización del hidrógeno y ha venido incluyendo importantes avances en materia de regulación, para lograr una correcta integración y aprovechar los beneficios de la transición energética.
El almacenamiento de energía, además de contribuir activamente a la descarbonización, puede proporcionar múltiples beneficios tanto a la industria energética como a sus clientes. Entre sus beneficios se encuentran la mejora de la calidad de la energía y suministro confiable de electricidad a los clientes; una mayor estabilidad y confiabilidad de los sistemas de transmisión y distribución; un mayor uso de equipos existentes, aplazando o eliminando costosas actualizaciones; una disponibilidad mejorada y mayor valor de mercado de las fuentes de generación distribuida; y un valor mejorado de la generación de energía renovable.
En la reciente publicación de la Revisión del Mercado de Energía (Power Market Review 2021), un estudio realizado por Willis Towers Watson en junio de este año, el almacenamiento de energía es un importante driver dentro de la transición energética, acompañando y soportando el crecimiento de las instalaciones de energía renovable no convencional y su integración a las matrices energéticas.
El tema viene siendo evaluado no sólo por sectores técnicos, sino que ha sido parte de las agendas de importantes organizaciones, como por ejemplo el Foro Económico Mundial (WEF), quien ha dejado algunas consideraciones importantes: Europa y China lideran la instalación de una nueva capacidad de almacenamiento por bombeo, impulsada por el movimiento del agua. A su vez las baterías ahora se están construyendo a escala de red en países como EE. UU., Australia y Alemania. Para el 2030 se prevé que el almacenamiento de energía térmica triplique su tamaño.
Sumado a todo esto, se estima que la tendencia de crecimiento del almacenamiento esté alrededor del 42% anual ponderado y que cerca de un 90% de la capacidad a 2030 se destine para escala de “Utilities” (p.e: vehículos eléctricos). Este crecimiento estará principalmente impulsado por el incremento en la competencia, lo cual permite que se generen economías de escala y una disminución de costos que se estima en un aproximado al 60% a 2030.
El Banco Mundial estima que las soluciones de almacenamiento pueden atender los tres grandes desafíos que se presentan en las economías en desarrollo:
En Latino América se puede citar como ejemplo a Chile, país de referencia para todo el desarrollo de la implementación de almacenamiento. Hay diversidad de proyectos que cuentan con importante capacidad de respaldo en almacenamiento, evidenciando las bondades de remuneración adicional que permite tener un proyecto de este tipo. Esto permitió estimular el segmento y que se dieran grandes desarrollos, pues los proyectos ERNC complementados con almacenamiento pueden extender sus horas de generación a franjas donde el recurso natural está ausente.
La primera empresa en instalar almacenamiento de energía fue Enel-Emgesa la cual inauguró en abril de 2021 un sistema de Batería de gran capacidad (“Battery Energy Storage System”, BESS por sus siglas en inglés). Esta infraestructura permite a la central térmica Termozipa, incrementar su capacidad de generación al almacenar 7 MW de potencia y 3,9 MW por hora de energía, la cual podrá ser entregada cuando el sistema eléctrico Nacional la necesite y permitirá iluminar el equivalente a 70.000 hogares.
“Este sistema, se suma para el almacenamiento de energía con baterías a gran escala en Atlántico con capacidad de 50 MW.”
Diego Mesa
Ministro de Minas y Energía en Colombia.
Se espera que el sistema tenga una vida útil de 15 años. "Este sistema, se suma a la primera convocatoria en Colombia y en América Latina para almacenamiento de energía con baterías a gran escala que se desarrollará en el Atlántico y tendrá una capacidad de 50 MW, con el cual seremos pioneros en la región" – aseguró el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa en la inauguración.
Además, como lo comenta Alejandro Invernon, Director de Desarrollo de Negocios Sur América de Canadian Solar, "la entrada a Colombia en este esquema de almacenamiento ha permitido que se dinamice todo lo asociado al marco regulatorio y que se entre a revisar aspectos específicos como los precios a ofertar y los parámetros de validación de pruebas de confiabilidad con el operador".
La llegada en firme de estos proyectos ha promovido que los actores del sector energético entren a profundizar, revisar y particularizar ciertos aspectos contenidos hoy en la regulación. Cabe destacar que desde el 2019 la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), a través de la resolución 098, definió los mecanismos para incorporar los sistemas de almacenamiento, como mecanismo de respaldo ante la falta o insuficiencia de redes de transporte de energía en Sistema Interconectado Nacional (SIN).
Otro aspecto en el que Colombia trabaja activamente es en la adecuada integración del almacenamiento en todo el marco de la transición energética. Para esto, en julio de este año, el Gobierno Nacional promovió la Ley 2099, dentro de la cual buscó modernizar la legislación vigente y dictar otras disposiciones para la transición energética, apuntando a la dinamización del mercado energético. Es una mirada actualizada a la ley 1715/2014, para continuar promoviendo el uso, desarrollo y promoción de fuentes no convencionales de energía, como elemento importante en la reactivación económica del país.
Esta ley ha permitido además que se intensifiquen trabajos alrededor de la investigación y promoción del hidrógeno como fuente de almacenamiento y actor importante en el plan de descarbonización que el país tiene trazado para el año 2050. A propósito, ya se encuentra publicado el borrador de la Hoja de Ruta del Hidrógeno en Colombia, a la espera de los comentarios que puedan hacer los diferentes actores del sector con el fin de publicar la versión definitiva en el mes de septiembre.
Esta hoja de ruta, tiene por objeto contribuir al desarrollo e implantación del hidrógeno en Colombia, reforzando así el compromiso del Gobierno con la reducción de emisiones de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París del 2015. También activa de forma relevante la importancia que tiene el hidrógeno como vector energético, propiciando una aceleración en el despliegue de fuentes no convencionales de energía renovable, mediante el almacenamiento estacional de energía y su transporte a los centros de demanda.
Desde la mirada de la seguridad, suficiencia y eficiencia sistémica que aportan estos elementos a la transición energética, se debe tener en cuenta un adecuado análisis de los escenarios de riesgos que puedan entrar a comprometer la confiabilidad y calidad de los diferentes componentes de un sistema de almacenamiento, no sólo al momento de su integración a todo el marco operativo de las instalaciones de generación, sino dentro de lo que respecta a la misma cadena de suministro y temas post-montaje.
Para esto, el trabajo integral entre promotores de los proyectos, intermediario de seguros y sector asegurador, será clave para poder asegurar un correcto entendimiento de la operación, analizar los riesgos a través de mecanismos como la gestión de riesgos en proyectos y la gestión de riesgos en operaciones, y luego analizar cómo poder brindar adecuadamente las coberturas requeridas, incluyendo una mirada especial de protección a los escenarios que involucren pérdidas de ingresos con ocasión de eventos adversos (siniestros).
Por tratarse de un tema en el que Colombia está incursionando de forma importante, será adecuado tener conversaciones con otros pares que hayan tenido experiencias relevantes en estos procesos de acoplamiento y operación para poder capitalizar los aprendizajes. En este sentido, Willis Towers Watson cuenta con un equipo calificado con presencia en la región y en otros continentes, para nutrir de forma eficiente todo este ejercicio de análisis.
Aspectos para tener en cuenta en el almacenamiento:
Todo este marco de análisis de la entrada del almacenamiento como un actor activo en la cadena, es un tema importante que se le suma a la mirada integral que el sector asegurador (incluyendo los intermediarios) está teniendo en el campo del sector energético y en el cual tiene un rol activo en cuanto a respaldar la confiabilidad operativa en el suministro energético.
Por último, una mirada integral del sector asegurador para respaldar la confiabilidad operativa en el suministro energético.
“En nuestra opinión, la transición energética no es una simple cuestión de cambio inmediato e irreversible a las energías renovables.”
Graham Knight | Líder de Global Natural Resources de Willis Towers Watson