El cambio climático se mide en ascenso de las temperaturas, aumento de los fenómenos meteorológicos extremos o cambios en la biodiversidad del planeta. Y, entre otros muchos factores, se mide también en riesgos físicos e impacto económico directo. ¿Cómo pueden las organizaciones cuantificar en detalle el riesgo al que están expuestos sus activos y sus operaciones?
El cambio climático añade multitud de nuevos factores a la evolución ya de por sí compleja de los riesgos provocados por catástrofes naturales. Por ello, analizar en detalle las exposiciones, modelar las pérdidas y buscar soluciones para mitigarlas es fundamental para asegurar la resiliencia de un negocio a largo plazo.
En lo que va de siglo XXI, los fenómenos naturales extremos le han costado a la economía del planeta 2,56 billones de dólares, según las últimas estimaciones publicadas por la organización Germanwatch, que recogen datos entre los años 2000 y 2019. Los grandes ciclones y sus consecuencias (inundaciones y deslizamientos de tierra) son los eventos que mayor riesgo representan y son también uno de los fenómenos que se ve más directamente afectado por el cambio climático.
Durante el año pasado, la temporada de huracanes del Atlántico, por ejemplo, fue la más activa desde que se tienen registros, con 29 tormentas lo suficientemente poderosas como para recibir un nombre propio, según los datos de la administración atmosférica y oceánica de Estados Unidos (o NOAA, por sus siglas en inglés).
El incremento en la recurrencia y la fuerza de los eventos meteorológicos extremos ligado al cambio climático se traduce en impacto económico directo. También según la NOAA, solo durante 2020 hubo en Estados Unidos 22 catástrofes naturales cuyo coste superó los 1000 millones de dólares. El impacto total para el país fue de más de 95 000 millones, cifras que coinciden con las del sector asegurador y que significan más del doble de las pérdidas medias.
Desde 1980, la NOAA estima que el impacto económico de los desastres naturales asciende a 1,88 billones de dólares; y eso que solo tienen en cuenta los grandes eventos que causan pérdidas superiores a los 1000 millones. Además, la frecuencia de los desastres y el daño causado no ha hecho más que aumentar en los últimos años.
El panorama de los riesgos climáticos y los riesgos asociados a catástrofes naturales no ha hecho más que complicarse en los últimos años y seguirá ganando complejidad en las próximas décadas. Las herramientas de análisis de datos son fundamentales para comprender y cuantificar el riesgo climático, físico y transicional, y tomar decisiones basadas en información objetiva.
En este sentido, Willis Towers Watson ha creado el “Climate & Resilience Hub” para ofrecer sus soluciones de Analytics y ayudar a que las corporaciones puedan afrontar los desafíos futuros. De la mano del Climate & Resilience Hub, los clientes podrán trabajar para cumplir con los requisitos del “Task Force on Climate-related Financial Disclosures” (TCFD) y comprender mejor los riesgos físicos y los riesgos transicionales asociados al cambio climático.
En nuestro blog, exploramos los servicios de Strategic Risk Consulting para la gestión de riesgos por catástrofes naturales. Enfoques de trabajo como el del servicio “Climate Change Risk Assessment” del equipo Risk & Analytics de Willis Towers Watson permite estimar las expectativas de pérdidas por catástrofes naturales teniendo en cuenta tanto los riesgos físicos como los riesgos transicionales del cambio climático. Este enfoque se estructura en seis fases:
Este tipo de enfoques basados en datos para comprender los riesgos climáticos tienen una serie de beneficios directos para la organización, como la toma de decisiones más informadas, la identificación de las áreas y peligros que influyen en el riesgo, el conocimiento de las oportunidades relacionadas con el cambio climático, la toma de medidas concretas para reducir el impacto del cambio climático, la mejora de la información disponible para los inversores y el refuerzo de la reputación de la compañía.
Al margen de las decisiones que se tomen a nivel global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático, el entorno de los riesgos naturales seguirá siendo complejo y cambiante en las próximas décadas. Apoyarse en el poder de los datos, Analytics y el talento experto es la mejor manera de reducir el impacto del nuevo escenario climático.