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Ciberresiliencia: elementos clave para proteger la empresa

Noviembre 29, 2022

Cada vez es más importante ir un paso más allá de la ciberseguridad y empezar a implementar un enfoque centrado en la ciberresiliencia.
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109 126 incidentes de ciberseguridad. Es el balance de los ciberataques gestionados el año pasado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) solo en España. Casi uno de cada tres se produjo a través de software malicioso o malware. Año a año, los ataques ganan en complejidad y sofisticación, y el escenario de los ciberriesgos se complica. Por eso, cada vez es más importante ir un paso más allá de la ciberseguridad y empezar a implementar un enfoque centrado en la ciberresiliencia.

¿Qué es la ciberresiliencia?

En un mundo hiperconectado, en el que las sociedades, los mercados, las empresas y las personas dependen de forma creciente de las tecnologías digitales, las amenazas cibernéticas se multiplican. Tal como señalan desde el INCIBE, cada vez tiene menos sentido construir barreras y defensas con el ánimo de hacerlas inquebrantables, sino que se debería apostar más por anticiparse a las amenazas, ser capaz de amortiguar el impacto de los incidentes y, sobre todo, poder responder con agilidad a los ataques de forma que la continuidad de negocio no se vea afectada.

De esta manera, la ciberresiliencia se define, según recoge el INCIBE, como “la capacidad de un proceso, negocio, organización o nación para anticipar, resistir, recuperarse y evolucionar para mejorar sus capacidades de sobreponerse ante condiciones adversas, estrés o ataques a los recursos cibernéticos que necesita para funcionar”. Es decir, la ciberresiliencia va de asumir que va a haber ciberataques y que tenemos que estar preparados para minimizar daños y mantener la actividad.

¿En qué se diferencia con la ciberseguridad?

La ciberresiliencia y la ciberseguridad no son conceptos que se excluyan, sino que se complementan. Mientras que la ciberseguridad se centra en proteger los sistemas, las redes y los datos frente a los ataques (y lo hace mediante tecnologías, procesos, buenas prácticas o medidas concretas), la ciberresiliencia va más allá. La resiliencia cibernética ayuda a las organizaciones a estar preparadas, prevenir, responder y recuperarse con éxito en el caso de que se produzca un ataque.

¿Cómo ayuda la ciberresiliencia a proteger la empresa?

Las medidas de ciberseguridad tradicionales no han perdido eficacia frente a los ciberataques. Sin embargo, no son suficientes para garantizar la seguridad de los datos, cada vez más valiosos, ni el correcto funcionamiento de la infraestructura de las organizaciones. Como consecuencia, no se bastan por sí mismas para garantizar la continuidad del negocio y mantener la buena reputación de las compañías. Hoy en día, es tan importante evitar y contener los ataques como responder de forma adecuada y recuperarse lo antes posible.

Una estrategia de ciberresiliencia bien implementada ayuda a proteger a una empresa a través de estos cuatro pilares:

  • Identificar, evaluar y gestionar los riesgos cibernéticos a los que la está expuesta la organización.
  • Monitorización continua para detectar anomalías y posibles brechas en la seguridad de los datos antes de que los daños sean graves.
  • Responder de forma adecuada a los incidentes en el caso de que sucedan para así poder asegurar la continuidad del negocio y el daño reputacional mínimo, sea cual sea la gravedad del ataque.
  • Gobernanza y supervisión constantes con el objetivo de integrar la estrategia de ciberresiliencia en la forma de hacer negocios y operar de la compañía.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el papel de la industria aseguradora es clave a la hora de impulsar la ciberresiliencia de empresas, organizaciones y hasta países. El sector seguros puede aportar su conocimiento en el campo del análisis y la gestión de ciberriesgos, facilitar la implementación de herramientas de monitorización y contribuir con instrumentos para protegerse frente a los riesgos y poder responder adecuadamente a los incidentes.

Elementos para diseñar una estrategia de ciberresiliencia

Partiendo de los cuatro pilares anteriores, todos los elementos de una estrategia de ciberresiliencia adecuada podrían agruparse alrededor de cuatro grandes temas. Estos serían, tal como recogen los Indicadores para la Medición de la Ciberresiliencia (IMC) del INCIBE:

  • Anticipar. Aquí entraría la política de ciberseguridad, la gestión de riesgos cibernéticos y la formación en ciberseguridad para los empleados, entre otros aspectos.
  • Resistir. En este grupo cabrían elementos como la gestión de las vulnerabilidades o la supervisión y monitorización continua de los sistemas y las infraestructuras.
  • Recuperar. Bajo este término se agruparían la estrategia de gestión de ciberincidentes y la estrategia desarrollada para mantener la continuidad del negocio.
  • Evolucionar. Este último punto recoge aspectos ligados a la gobernanza, como la gestión de la configuración de la estrategia y de los cambios que se vayan haciendo necesarios o la comunicación de dicha estrategia.

¿Cómo implementar la ciberresiliencia en la organización?

A la hora de implementar una estrategia de ciberresiliencia, deben tenerse en cuenta todos los actores implicados y las características de cada organización, así como los riesgos específicos a los que está expuesta. Tal como señalan desde el INCIBE, no se puede generalizar una forma única de implementar la ciberresiliencia. Sin embargo, el instituto sí señala los siguientes pasos esenciales:

  • Priorizar los servicios, según el impacto que su pérdida o deterioro pueda ocasionar. En función de la actividad, este impacto puede solo económico, o también medioambiental, público o social.
  • Conocer y priorizar las amenazas que afectan a los servicios en función de su impacto potencial.
  • Una vez completados estos análisis, implementar las acciones preventivas contra las amenazas presentes y futuras.
  • Desarrollar los procesos necesarios para minimizar el daño que pueden producir los incidentes.
  • Detectar vulnerabilidadesde forma continua y remediarlas para reducir el alcance potencial del ataque.
  • Desarrollar procesos de comunicación interna que favorezcan la resiliencia cibernética de la empresa.
  • Ejecutar de forma constante acciones de mejora para minimizar nuevos riesgos que surgir y repetir el análisis y el desarrollo de las medidas si fuese necesario.

En definitiva, la ciberresiliencia va un paso más allá de la ciberseguridad. Se construye sobre las medidas de protección frente a los ciberataques para transformar las organizaciones y lograr que, además de resistir, sean capaces de prevenir, amortiguar los impactos y, sobre todo, recuperarse en tiempo récord para que el negocio y la reputación no se vean afectados.

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