Personalización de la experiencia laboral, flexibilidad y seguridad. Ésos son los tres factores que más pesan a la hora de elegir un trabajo hoy en día. Las organizaciones deben colocar estas demandas en el centro de su política de atracción y retención de talento y, al mismo tiempo, alinear su estrategia de beneficios con los principios y cultura de la compañía.
Así lo sostienen Amy DeVylder Levanat, Director, Human Capital and Benefits, y Catherine O’Neill, Senior Director, Health Benefits, de WTW, en su artículo sobre la evolución necesaria de las estrategias y políticas de beneficios en las empresas.
La cultura empresarial es el conjunto de valores, creencias, acciones, pensamientos, normas y objetivos que comparten todos los miembros de una organización. Se le conoce también como cultura corporativa y es lo que diferencia a una empresa de las demás.
Se trata de uno de los pilares fundamentales de una organización y hace referencia a su funcionamiento interno. Por eso, construir una cultura de la empresa sólida es una prioridad para las compañías, ya que ayuda a atraer y retener a los mejores talentos y aumenta el compromiso y la productividad.
¿Cuáles son esos principios que toda empresa debe aplicar para crear una buena cultura empresarial?
Las organizaciones con valores claros y principios colectivos obtienen resultados por encima de la media. De hecho, según el artículo 2018 Conference Board Global Leadership Forecast, estas compañías mejoran en un 42% los resultados medios de su sector. “Los principios y los propósitos éticos otorgan racionalidad, sentido y dirección a la organización. Definen la esencia de una empresa, articulando por qué existe y su impacto en los inversionistas, clientes y, lo más importante, en los empleados”, sostienen DeVylder Levanat y O’Neil.
Para la gran mayoría de los trabajadores, los principios de la compañía cimentan la motivación y el compromiso. Además, contribuyen a que cada empleado identifique y alinee sus objetivos con sus propios principios. Por otro lado, ser consciente de que la organización se preocupa y tiene ciertos valores aumenta la empatía y sirve para que los accionistas y los trabajadores refuercen su conexión emocional con la compañía.
¿Cómo podemos construir una estrategia de beneficios relevante y significativa para los empleados? Esta pregunta se la hacen cada vez más empleadores. Existen una serie de prácticas y enfoques clave para alinear el programa de beneficios sociales en las empresas con los principios de la organización.
En opinión de nuestros expertos, hay que establecer seis pasos para lograr integrar los principios y valores en la estrategia de beneficios de la compañía y contribuir a que los empleados tengan experiencias laborales significativas.
En definitiva, alinear los beneficios con los propósitos de la organización puede contribuir a que los empleadores demuestren cómo valoran a sus empleados. Las organizaciones que lo logran aportan un significado tangible a la experiencia de los empleados, demostrando que les importa no solo dónde están hoy, sino dónde quieren estar en el futuro.
Cada vez más compañías tienen que reclutar talento en un entorno muy competitivo. Además, un número creciente de trabajadores busca una experiencia laboral diferente y personalizada, que cubra sus necesidades. La personalización de beneficios puede incluir desde tratamientos de fertilidad o ayudas para empezar a construir una familia hasta la conciliación de la vida personal y laboral o apoyo y consejo a nivel financiero.
“A medida que los beneficios se vuelven más personalizados, las organizaciones se esfuerzan por atraer el talento y, al hacerlo, interconectan los esfuerzos de inclusión y diversidad en toda la compañía”, explican las expertas de WTW. Algunos ejemplos de iniciativas de inclusión y diversidad incluyen el desarrollo de networking interno, el apoyo a la participación de los empleados en iniciativas externas o la reducción de la brecha salarial entre mujeres y hombres.
Por último, cabe destacar que conectar principios y beneficios contribuye al bienestar de los empleados. Y es que hoy en día el bienestar no solo tiene que ver con la salud física, sino también con la estabilidad financiera, el desarrollo emocional y la dimensión social. Todos ellos aspectos que, a su vez, vuelven a reforzar el compromiso ético y la responsabilidad social de la compañía.