Cuando hablamos de programas de bienestar en las empresas, cobra cada vez más protagonismo el conocido como bienestar holístico, que es aquel que busca el equilibrio en todos los aspectos de la vida de los empleados. Eso incluye la salud física, la salud emocional y mental, las finanzas personales, las relaciones sociales y familiares, la trayectoria profesional y la vida laboral y la comunidad. ¿Cómo dar este enfoque a un programa de bienestar en la empresa?
¿En qué consiste un programa de bienestar empresarial? Los programas de empresa saludable tienen como objetivo generar una mayor seguridad, motivación y rendimiento en el puesto de trabajo. Las principales compañías del mundo aplican estos programas de bienestar laboral con el fin de reducir las bajas por enfermedad, mejorar la productividad y favorecer la implicación de los trabajadores. Las estrategias más efectivas en este sentido son aquellas que alinean los objetivos de salud y bienestar con los de productividad.
Los programas de bienestar pueden cubrir numerosos aspectos -no solo relacionados con la salud- y son las propias empresas las que ajustan sus opciones según las necesidades de sus empleados. En un programa de bienestar en la empresa no deben faltar las siguientes opciones/actividades:
Son solamente algunos ejemplos concretos de actividades e iniciativas que se pueden incluir en un programa de bienestar empresarial.
Aunque los beneficios son numerosos, podemos destacar cinco razones principales por las que es fundamental potenciar estos programas de bienestar en las empresas:
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Trabajar la motivación y la gestión del estrés es fundamental para aumentar la productividad de los trabajadores. Que se sientan más seguros y en un entorno de bienestar es la base para incrementar el rendimiento y la implicación de los trabajadores.
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Un buen programa de bienestar empresarial incide en la salud de los trabajadores, mejorando su estado físico, mental y emocional. Además, el bienestar compensa muchas de las enfermedades que causan las ausencias laborales. Los síntomas del resfriado, los dolores en la parte baja de la espalda y los síntomas de estrés mejoran bajo buenos programas de bienestar.
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Los líderes de las empresas a menudo comentan que su equipo humano es su mayor activo. Y así es, aunque muchos no actúen en consecuencia. Por ello, las empresas deben reconocer que es fundamental cuidar su bien más preciado si quieren atraer y retener talento.
Además, contar con programas de bienestar contribuye a reducir el ‘presentismo’. ¿A qué nos referimos? Se conoce como ‘presentismo’ a la pérdida de productividad que ocurre cuando las personas están en su puesto de trabajo pero no están a gusto en él. Los programas de bienestar impactan directamente en este punto, mejorando la relación del trabajador con su puesto de trabajo y su entorno, lo que al final redundará en una mayor autoestima personal.
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Invertir en programas de bienestar en la empresa significa invertir en los trabajadores, en potenciar su productividad al tiempo que se fomenta su autoestima y se valora positivamente su trabajo. El resultado conlleva beneficios personales para los empleados y económicos para la compañía.
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Con planes así, a las empresas se las percibe como aliadas de los trabajadores, por lo que su imagen interna y externa será más valorada.
El rendimiento financiero y operacional de una empresa está marcado directamente por el compromiso y la salud de sus empleados. No es extraño que la mayoría de las empresas hayan transformado sus políticas de bienestar en una de las piezas centrales de su estrategia. Pero muchos de estos enfoques siguen centrándose en acciones concretas y muy dirigidas a la salud física.
Sin embargo, los programas de bienestar realmente significativos se construyen bajo un enfoque holístico. Este debe tener en cuenta las particularidades de cada empleado y entender el bienestar como un conjunto de factores relacionados con la salud física, mental, social, emocional y financiera. Pero, ¿cómo avanzar hacia esta forma de entender el bienestar?
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Todas las empresas deberían diseñar una estrategia clara en la que se marquen los objetivos de bienestar y en la que estos se alineen con los objetivos financieros y comerciales. Por ejemplo, una empresa puede querer controlar los costes del absentismo o sacar partido de la mejora de la productividad derivada del mayor compromiso de los empleados. Bienestar y desempeño corporativo están siempre relacionados.
Más allá de diseñar esta estrategia, debe medirse el éxito de su implementación. Así, podrán tomarse decisiones basadas en datos objetivos y que ayuden a invertir más en bienestar (si los resultados son adecuados) o modificar la dirección de la estrategia (si no son satisfactorios). La estrategia debe proporcionar una dirección clara, que defina objetivos, mecanismos de ejecución y responsabilidades.
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La cultura corporativa debe abrazar la salud y el bienestar de los empleados. Esta cultura estará además impulsada a través de todos los niveles de gestión de la empresa, y deberá también favorecer el cambio entre los empleados, escucharlos para entender sus necesidades y sus preocupaciones a nivel salud e intentar eliminar las barreras que les impiden llevar una vida más saludable.
Para comunicar este cambio, pueden utilizarse todas las herramientas disponibles al alcance de la empresa, desde las redes sociales hasta los canales internos para escuchar a los empleados. La comunicación del compromiso con la salud de la empresa promoverá además la imagen de la organización como un lugar de trabajo responsable.
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La salud mental es un tema que cada vez se debate más abiertamente en la sociedad. Sin embargo, sigue rodeado de prejuicios y tabúes. Esto sucede también en la empresa, a pesar de que el estrés, la ansiedad y la mala salud mental son algunas de las causas principales del absentismo laboral en todo el mundo.
Una estrategia de bienestar completa debe crear un entorno abierto que permita identificar y solucionar los problemas de salud mental antes incluso de que se desarrollen. Puede aprenderse, por ejemplo, a reconocer las señales tempranas del estrés o cambios preocupantes en el comportamiento. Además, la empresa debe trabajar para que todos los empleados sean empáticos con esta situación y entiendan los problemas con los que pueden estar lidiando sus compañeros.
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El entorno laboral tiene un gran impacto en la salud física y mental de los empleados. Por eso, las estrategias de bienestar también deben estar diseñadas para afrontar los desafíos que puedan derivarse del ambiente de trabajo. Si el entorno es estresante, por ejemplo, la empresa debe estudiar hasta qué punto está afectando al desempeño de sus trabajadores, identificar los elementos que causan ese estrés y buscar soluciones para mitigar su impacto. A veces, un simple ajuste en las horas de trabajo o la facilitación de herramientas organizativas y para lidiar con la presión puede reducir el estrés en gran medida.
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Una estrategia que busque abordar todas las caras del bienestar y mejorar la situación de todos los empleados debe colocar las necesidades individuales de cada trabajador en el centro de los programas de bienestar. Cada empleado se comportará de una manera y tomará sus propias decisiones en relación con su salud. Por eso, tener en cuenta su forma de pensar, sus motivaciones y las razones detrás de su comportamiento es necesario para generar un impacto positivo de la empresa en sus empleados.
Para ello, puede optarse por medidas como la segmentación de los empleados por los factores que influyen en sus decisiones o una estrategia de comunicación personalizada para fomentar medidas de salud preventivas y cambios de comportamiento significativos, que pueden ir desde dejar de fumar o ingerir alcohol hasta hacer más ejercicio o establecer rutinas para reforzar la resistencia mental.
En definitiva, una estrategia de bienestar construida de forma holística debe ir más allá de las acciones individuales y tratar el bienestar como un todo en el que influyen factores físicos, mentales, sociales y financieros. Las necesidades de los empleados son la prioridad y todos los niveles de la empresa deben trabajar para responder a ellas en la medida de lo posible.
No hay una receta universal para promover entornos laborales saludables. Sin embargo, la OMS señala una serie de elementos clave que son comunes a todas las experiencias con buenos resultados. Ibermutuamur los recoge en este informe sobre Buenas prácticas para mejorar el bienestar laboral en las empresas. Veamos:
Y es que, recordemos, la salud y el bienestar afectan directamente a la productividad y los beneficios. ¡Merece la pena ponerse manos a la obra!