Avanzado ya el primer trimestre del año, quedan atrás los días de hacerse buenos propósitos y fijar nuevos objetivos. Entre las metas que se han planteado muchas empresas para 2023, destaca revisar los programas de bienestar de sus empleados o crear nuevas estrategias para asegurarse de que las necesidades de los empleados estén satisfechas y, al mismo tiempo, las políticas de bienestar estén alineadas con las prioridades del negocio.
De acuerdo con la encuesta 2021 Best Practices in Healthcare Employer Survey de WTW, el 75 % de las empresas planea diferenciar y personalizar sus programas de bienestar como herramienta para atraer talento durante los próximos tres años. Muchas de ellas han decidido dejar de posponer sus buenos propósitos y han elegido 2023 como el año en que ponerse a ello. Y es que el bienestar de los empleados es una cada vez más importante de las estrategias de compensación y beneficios de las organizaciones.
A pesar de que los programas de bienestar deben diseñarse teniendo en cuenta las necesidades de la empresa y de la plantilla, los expertos en talento de WTW consideran que todo equipo de recursos humanos debe tener en cuenta estas tres preguntas a la hora de revisar sus estrategias.
Para responder a esta pregunta, lo primero es establecer cuáles son los objetivos del programa de bienestar del empleado y de esta manera poder medir si este ha tenido éxito o no. El valor se puede analizar a través de diferentes parámetros, como el retorno de la inversión, el nivel de satisfacción de los empleados o su desempeño.
A partir de ahí, la medición de objetivos debe desarrollarse de forma práctica y flexible, introduciendo fuentes de datos tanto internas como externas, revisando de forma continua el desarrollo del plan de la mano de los stakeholders e incluyendo información directa de los propios empleados.
Los grandes objetivos y los cambios integrales no se consiguen de la noche a la mañana, sino que se logran a través de la suma de muchos pequeños cambios graduales. A nivel bienestar, uno de esos grandes objetivos, y también uno de los más difíciles de lograr, es mejorar la cultura organizacional de forma que impacte de forma positiva en el bienestar de los empleados. Para alcanzarlo, es importante ir paso a paso y pensar a largo plazo.
El primer escalón es comprender en profundidad el estado de la cultura de la organización desde la perspectiva de los empleados, los gerentes y los líderes. Para ello, deben escucharse los puntos de vista de la plantilla a través de herramientas como los grupos de enfoque, las encuestas o las entrevistas directas con los cargos de mayor responsabilidad. Una vez se tenga claro el estado actual, otro escalón importante debe centrarse en formar y preparar a los gerentes y a los mandos intermedios para que apoyen a sus equipos y, al mismo tiempo, logren conectar el bienestar con las prioridades comerciales de la empresa.
Convertir el bienestar de los empleados en una prioridad pasa también por evolucionar y mantenerse al día de los cambios en las necesidades de la plantilla, los factores externos que puedan influir en su situación y el contexto del mercado. De acuerdo con los expertos de WTW, en 2023 será necesario observar los cuatro pilares del bienestar (físico, emocional, social y financiero) bajo un enfoque actualizado.
Una vez completado el proceso de reflexión y análisis a partir de estas tres preguntas planteadas, los profesionales de recursos humanos estarán mejor preparados para revisar sus estrategias de bienestar, realizar mejoras concretas en sus programas o replantear el enfoque por completo. Sea cual sea la decisión final, al terminar 2023 debería ser posible analizar en detalle el progreso y los objetivos alcanzados, así como su impacto real en la empresa y en el bienestar de los empleados.