Todas las empresas tienen la obligación de garantizar la seguridad de sus trabajadores y sus directivos desplazados o de viaje. El llamado duty of care cobra especial importancia en relación con los trabajadores expatriados o expats. Pero, más allá de las obligaciones de las empresas y las soluciones disponibles para ellas, ¿cuáles son las ventajas a las que puede acceder un trabajador expatriado?
Más de 2,7 millones de personas de nacionalidad española residen en el extranjero, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Muchas de ellas lo hacen por razones laborales y, una parte cada vez mayor, se enmarca dentro del colectivo de trabajadores expatriados. Se trata de un perfil, como sucede con el resto de tipos de trabajadores en movilidad internacional, que ha ido en aumento en los últimos dos años, a medida que la economía y los viajes se recuperaban tras el frenazo de la pandemia.
Desde el punto de vista empresarial, un trabajador expatriado es un international assignee, alguien empleado en el país en el que se encuentra la sede central de la empresa pero que está en misión de larga duración en el extranjero (durante al menos medio año). Existe una diferencia clara con el business traveler, un trabajador que se desplaza por motivos laborales al extranjero, pero durante periodos más cortos de tiempo.
Normalmente, hablamos de empleados asignados o expatriados cuando están entre seis meses y cinco años en el extranjero manteniendo una relación laboral con la empresa. Entre otras cosas, pueden escoger entre recibir su salario en el país de origen o en el de destino y están cubiertos (ellos y los familiares directos que dependan de ellos) por una serie de beneficios derivados del duty of care, siendo los más habituales el seguro de salud y las coberturas de riesgo.
Trabajar en el extranjero tiene multitud de beneficios desde el punto de vista profesional, social y cultural. Ser expatriado permite conocer otras culturas y sociedades, integrándose en ellas de una forma mucho más profunda que durante un viaje de turismo, pero con la protección que otorga seguir trabajando para una empresa en nuestro país de origen. Además, en lo profesional puede contribuir a mejorar el nivel de idiomas extranjeros o a aprender uno nuevo y permite ganar flexibilidad y capacidad de trabajo en entornos diferentes y más desafiantes.
Por otro lado, desde el punto de vista de los beneficios que otorga la empresa, ser un trabajador expatriado tiene también una serie de ventajas claras, proporcionadas a través de los seguros de salud y otras coberturas.
De acuerdo con la última encuesta de beneficios para expatriados de WTW, los trabajadores demandan planes internacionales de asistencia sanitaria adaptados a sus necesidades en el extranjero, planes que incluyen múltiples prestaciones sanitarias. Entre otras cosas, las coberturas dentales, oftalmológicas y de salud mental son cada vez más habituales, así como el acceso en todo el mundo a los servicios de bienestar que ofrece la compañía.
En definitiva, cada vez más empresas van más allá del simple duty of care y realmente se preocupan de cuidar a sus empleados expatriados, estableciendo seguros de asistencia sanitaria de calidad y otros tipos de pólizas como parte de su estrategia de beneficios. Esto, a su vez, se transforma en una serie de ventajas claras para los propios expatriados, que disfrutan de todo lo bueno de trabajar en el extranjero, con la seguridad de saberse protegidos.