En busca de fórmulas para reforzar la sostenibilidad del sistema público de pensiones español, en los últimos años se han introducido una serie de incentivos para quienes quieran retrasar su jubilación voluntariamente, una opción con sus pros y sus contras, como detallamos en este artículo. Pero, ¿qué es la jubilación demorada? ¿Y en qué consisten los requisitos que establece la ley para acceder a ella?
La jubilación demorada, también llamada jubilación diferida, hace referencia a la posibilidad que se le reconoce a todas las personas trabajadoras, ya sean por cuenta propia o ajena, de prolongar la vida laboral una vez cumplida la edad de jubilación ordinaria.
Desde el 1 de enero de 2022, aquellos trabajadores que opten por esta opción recibirán una serie de beneficios, incentivos que se han ampliado tras la entrada en vigor del último paquete de medidas de reforma de las pensiones el 18 de mayo de 2023.
Tal como explica la Guía para la jubilación demorada, publicada por la Seguridad Social, los trabajadores que opten por retrasar su jubilación disponen de tres formas para percibir los incentivos que contempla la ley.
El cálculo de los incentivos sigue una serie de fórmulas complejas. Sin embargo, la Seguridad Social cuenta con un simulador digital que permite calcular en cuánto se va a incrementar la cuantía de la pensión si se opta por demorar la jubilación.
Por ejemplo, una persona con 35 años cotizados y una pensión prevista de 1500 euros decide retrasar su jubilación en dos años. Si opta por percibir el incentivo de la primera opción, su pensión se incrementará en 120 euros al mes, pero si opta por la segunda opción, recibirá un pago único de 15 414 euros. Mientras, la opción mixta le dejará un pago extraordinario de 7707 euros más un incremento de 60 euros al mes.
Retrasar la edad de jubilación es una opción disponible para casi todos los trabajadores. Para acceder a ella, solo hará falta cumplir los siguientes requisitos:
Es importante resaltar también que no podrán acceder a los incentivos de la jubilación demorada aquellas personas que ya estén disfrutando de otras modalidades como la jubilación activa, la flexible o la anticipada.
Los pros de retrasar la edad de jubilación son fundamentalmente económicos. Además de acceder a los incentivos que contempla la regulación del sistema de pensiones, la jubilación demorada retrasa la pérdida de poder adquisitivo que va irremediablemente unida al abandono del mercado laboral. También permite complementar el periodo de cotización para aquellos que no hayan cotizado lo suficiente como para acceder a una pensión del 100 % de la base reguladora.
Más allá de lo económico, seguir trabajando, si se tiene salud para ello, también supone mantenerse activo, tanto a nivel físico como mental, durante más tiempo. Aun así, a la hora de tomar una decisión sobre la jubilación demorada, conviene tener en cuenta la situación de cada uno y los posibles aspectos negativos, como no disfrutar al completo del tiempo de jubilación, un periodo en el que se puede prestar atención a actividades que se han dejado de lado mientras se trabajaba.