Todo el debate que rodea a las cuestiones medioambientales, de responsabilidad social y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) parece estar cada vez más polarizado. Hoy ha dejado de ser una conversación de nicho y multitud de ideologías e intereses variados participan en el debate con interés. Además, algunas prácticas empresariales cuestionables, como el greenwashing, están vaciando de contenido el propio término.
Sin embargo, los objetivos ESG y las prácticas responsables no han dejado de madurar y evolucionar y los líderes empresariales deben seguir teniéndolas muy en cuenta. Para ello, una buena estrategia es evitar los debates carentes de sentido y centrarse en lo que realmente significan esas siglas para las organizaciones: resiliencia empresarial y mejora del rendimiento.
De acuerdo con John M. Bremen, Managing Director and Chief Innovation & Acceleration Officer de WTW, los líderes deben enfocarse en aspectos ESG como la creación de valor, la viabilidad, la estabilidad, el rendimiento financiero y el crecimiento a corto y a largo plazo. Estas son las claves para lograrlo.
01
Ignorar y no abordar las críticas reduce la credibilidad y la eficacia de las estrategias ESG de las organizaciones. Sin embargo, escucharlas impulsa la mejora y la madurez de las políticas ESG. Por ejemplo, algunas críticas apuntan a fallos en las metodologías de recopilación y análisis de datos para los factores ambientales y sociales o a que algunos fondos ESG no son realmente rentables. Ambos son problemas reales que no se pueden ignorar.
02
Los líderes deben evitar caer en la trampa de considerar cualquier acción asociada con ESG como buena o mala. Al igual que sucede con otros aspectos del negocio, los líderes deben centrarse en factores objetivos relacionados con la resiliencia empresarial y el desempeño. Por ejemplo, una empresa de plásticos que se ocupe de las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación de sus productos debe centrarse en cómo los esfuerzos ESG afectan a su viabilidad a largo plazo.
Otro ejemplo claro sería cómo, en todas las industrias, los programas que refuerzan el bienestar físico, emocional, social y financiero de los empleados pueden impulsar la productividad, el compromiso y la retención del talento. Esto ayuda a los líderes empresariales a conectar las acciones ESG con los beneficios y los resultados comerciales.
03
Las acciones de responsabilidad ambiental, social y buen gobierno de las organizaciones pueden clasificarse en tres categorías diferentes, que a menudo conviven y se superponen. Algunas se centran en el cumplimiento normativo, otras tienen un enfoque centrado en la responsabilidad social y otras tienen un sentido estratégico y están ligadas al negocio y las operaciones de la empresa. Los líderes deben justificar las acciones de forma clara y objetiva, ligando la estrategia ESG al desempeño comercial, la gestión de riesgos y la creación de valor.
04
Las siglas ESG pueden formar parte de un debate cada vez más polarizado, pero el impacto de las estrategias responsables es real. Los líderes deben centrarse en los beneficios concretos y abandonar las grandes proclamas vacías de contenido. Por ejemplo, un enfoque para reducir los riesgos climáticos, como huracanes e incendios que afecten a las infraestructuras logísticas de la empresa, refuerza la continuidad del negocio. Y una estrategia para aumentar el bienestar de los empleados aumenta la motivación y la productividad.
05
De acuerdo con los datos de los informes de WTW, el 77 % de las principales empresas de América del Norte y Europa incluye métricas ESG en sus planes de incentivos. Cada vez más organizaciones miden de forma cuantitativa y cualitativa su desempeño ESG e incluyen estos datos en sus informes públicos. En este sentido, los líderes empresariales deben centrar sus esfuerzos en utilizar métricas objetivas y divulgarlas de forma transparente.
06
Los líderes son responsables de los costes y los beneficios asociados a las actividades ESG de la organización, tanto a corto como a largo plazo. Deben ser conscientes tanto del greenwashing (y cómo supone que la organización gaste más tiempo y dinero presentándose a sí misma como respetuosa con el medioambiente que minimizando de verdad su impacto) como del greenwishing (que se produce cuando los esfuerzos son bien intencionados y los objetivos, ambiciosos, pero la empresa no tiene capacidad real para cumplirlos).
07
Para que las empresas prosperen, tienen que estar bien administradas y debe llevarse a cabo una gestión cuidadosa y responsable de los activos, los pasivos, los intangibles y el capital. Todos los líderes son conscientes de ello y los inversores presionan cada vez más a las juntas directivas para que la empresa esté dirigida por administradores eficaces, en los que confiar a largo plazo, y sensibles a las demandas de todos los grupos de interés.
“Para lograr resiliencia, viabilidad y crecimiento a largo plazo, los líderes deben poner el foco en el rendimiento y la protección del negocio, preservando el propósito de la compañía y su compromiso con las personas y el planeta”, concluye John M. Bremen. “Los líderes más eficaces dirigen las acciones ESG hacia la creación de valor, la estabilidad, el rendimiento financiero y el crecimiento, tanto a corto como a largo plazo”.
