El retraso voluntario de la jubilación es una tendencia al alza. Ya sea por razones financieras o profesionales, los datos muestran que en lo que va de siglo cada vez más gente decide jubilarse algo más tarde de lo que debería o compatibilizar su pensión con un trabajo a tiempo parcial. Según los datos de Eurostat, el porcentaje de trabajadores de la Unión Europea en todas las franjas de edad por encima de 55 años ha aumentado gradualmente desde el año 2000 y la razón principal para seguir trabajando aunque se pueda recibir o se reciba una pensión es financiera. Además, un estudio de Survey of Health, Ageing and Retirement in Europe señala que, entre 2004 y 2015, la edad a la que los trabajadores planeaban retirarse se incrementó en 1,36 años.
En España, en los últimos años se han aprobado una serie de medidas para fomentar la jubilación activa, la jubilación parcial y la jubilación demorada. Ahora, el Gobierno, la patronal y los sindicatos han alcanzado un nuevo acuerdo para incentivarlas. Pero, antes de conocer los detalles de la propuesta, ¿cuáles son las ventajas para retrasar la edad de jubilación? ¿Y cómo se pueden maximizar los beneficios financieros y el bienestar personal en los últimos años antes de abandonar el mercado laboral?
Con el objetivo de resolver los desafíos demográficos que amenazan el sistema público de pensiones en España, en los últimos 15 años se han aprobado varias reformas legislativas y cambios regulatorios. La más sonada es probablemente la que incrementó la edad ordinaria de jubilación de los 65 a los 67 años (cifra que se alcanzará a partir de 2027). Además, también se han aprobado cambios para fomentar el retraso voluntario de la jubilación, la jubilación parcial y la jubilación activa (aquí te explicamos las diferencias).
Sin embargo, más allá de las necesidades del sistema de pensiones, retrasar la jubilación también tiene ventajas para los trabajadores que eligen esta vía.
Trabajar más allá de los 65 e incluso los 70 años ayuda a mantener la mente y el cuerpo activos, lo que influye directamente no solo en la longevidad, sino también en la calidad de vida y el bienestar durante la vejez. Además, seguir trabajando de forma voluntaria más allá de la edad de jubilación también puede generar un sentido de propósito, participación y valor, es decir, puede mejorar la satisfacción personal y el bienestar emocional y mental.
De acuerdo con un informe de la Facultad de Medicina de Harvard, publicado 2018, varios estudios han demostrado que las personas que trabajan después de los 65 años tienen tres veces más probabilidades de disfrutar de buena salud y casi un 50 % menos de probabilidades de tener problemas de salud graves que personas jubiladas de su misma edad. Además, según otro estudio de la Universidad de Berkeley, mantenerse física y mentalmente activos durante la edad adulta y la vejez reduce las probabilidades de sufrir problemas mentales y enfermedades crónicas.
La llamada pensión demorada tiene en España beneficios para los trabajadores y para las empresas (que se verán exentas de algunas cotizaciones). Para quienes estén pensando en retrasar su jubilación, es importante tener en cuenta que se podrá elegir entre tres tipos de incentivos económicos: un complemento del 4 % sobre la pensión por cada año completo cotizado una vez superada la edad ordinaria de jubilación, una bonificación en forma de cuantía fija por cada año cotizado que se cobrará una vez jubilado y una opción mixta.
Además, teniendo en cuenta cómo se calculan las pensiones, retrasar la jubilación supone también, en muchos casos, seguir acumulando cotizaciones y poder sumar los años cotizados para recibir una pensión equivalente al 100 % de la base reguladora.
Por último, es importante tener en cuenta que alargar la vida laboral supone retrasar la pérdida de poder adquisitivo que va irremediablemente unida al cobro de una pensión, ya que esta no suele ser tan alta como el salario ni cuenta con los complementos habituales. Así, se aumenta también la capacidad de ahorro e inversión durante algunos años más, lo que influye de forma directa en la estabilidad económica y el bienestar financiero de la persona durante la vejez.
A finales del mes pasado, el Ministerio de Seguridad Social, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y los sindicatos UGT y CC. OO. alcanzaron un acuerdo para introducir una serie de nuevos incentivos para retrasar la jubilación de forma voluntaria. Además, se ha consensuado una nueva regulación de la jubilación parcial y de la jubilación activa con el objetivo de mejorar la compatibilidad de empleo y pensión.
En relación con la jubilación demorada, los trabajadores que lo deseen podrán recibir los incentivos actuales cada seis meses a partir del segundo año de demora, en lugar de cada año. Además, cuando se acceda a la pensión a partir de los dos años de demora se disfrutará de un incentivo adicional del 2 %.
En cuanto a la jubilación activa, se elimina el requisito de tener una carrera de cotización completa para acceder a ella y se aumentan los porcentajes de compatibilización entre salario y pensión. Así, tras un año de demora, se podrá cobrar el 45 % de la pensión mientras se sigue trabajando, el 55 % a partir de los dos años, el 65 % a partir de los tres, el 80 % a partir de los cuatro y el 100 % a partir de los cinco. La regulación actual no permite percibir el 100 % de la pensión, salvo en casos concretos.
Por último, la reforma también fija nuevas reglas para acceder a la jubilación parcial con contrato de relevo. Así, si la nueva norma se aprueba, se permitirá adelantar hasta tres años el retiro parcial en el caso de que se tengan 36 años y medio cotizados y la jornada del jubilado parcial se rebaje entre el 25 y el 75 %. Eso sí, los contratos de relevo que se firmen deben ser fijos, a tiempo completo y mantenerse en los dos años posteriores al fin de la jubilación parcial (como mínimo).
En definitiva, el acuerdo, que todavía debe ser presentado como proyecto de ley en el Consejo de Ministros para después ser debatido y refrendado en el Congreso, recoge nuevos incentivos y facilidades de acceso para quienes busquen retrasar su jubilación, tengan una motivación económica, profesional o personal.