Inmerso en un periodo de cambios e innovación acelerada, el sector de las ciencias biotecnológicas y de la salud tiene claro que parte de su éxito en el futuro pasa por integrar las tecnologías inteligentes para aumentar su productividad, reducir costes y optimizar las operaciones. Así se desprende del informe de WTW Global Life Science Risk Report 2024, en el que participan más de 400 ejecutivos de la industria farmacéutica. Sin embargo, la apuesta por estas tecnologías no llega libre de riesgos.
Los directivos encuestados para nuestro informe tienen claro que el uso de las tecnologías inteligentes para optimizar la fabricación es la mayor oportunidad de transformación digital que tienen a corto y medio plazo. Además, una mayoría también destaca la importancia de la automatización y el uso de la inteligencia artificial para mejorar procesos y reducir costes. Y es que, en una industria altamente especializada, con procesos muy técnicos que deben funcionar a la perfección, existe un gran margen para implementar sistemas basados en tecnologías como la IA y el internet de las cosas (IoT).
De acuerdo con un informe de McKinsey, las instalaciones biofarmacéuticas que utilizan tecnologías digitales y de análisis avanzado de datos experimentan un aumento de su capacidad de producción de entre el 25 y el 40 % y una reducción de los tiempos de entrega del 15 al 20 %. Además, las tecnologías de automatización pueden eliminar parte del trabajo manual del proceso de producción, liberando a las personas para que desarrollen tareas de mayor nivel y cubriendo así la falta de talento especializado que ha experimentado el sector en los últimos años.
Otra de las grandes oportunidades de transformación del sector está en los datos. La capacidad de recopilar y explotar los grandes conjuntos de datos es cada vez más importante para el éxito de las empresas de la industria de las ciencias de la vida. Por ejemplo, el análisis avanzado de datos permite extraer resultados de ensayos clínicos para encontrar nuevos casos de uso para medicamentos ya existentes, una de las prioridades para el sector. El coste del desarrollo de nuevos productos y las dudas sobre la financiación frenan la aparición de nuevos tratamientos, mientras que la adaptación y la reutilización de fármacos ya desarrollados es mucho más asequible.
De hecho, la búsqueda de nuevos usos para los medicamentos existentes es la tendencia de mayor impacto positivo, según los ejecutivos del sector, seguida de la transformación digital, la equidad en los tratamientos, la medicina personalizada y el desarrollo de productos a partir del cannabidiol. Mientras, entre los temas emergentes de mayor impacto negativo, el sector destaca el aumento del precio de los medicamentos, las posibles contaminaciones de producto, los riesgos relacionados con el consentimiento informado y la regulación de los ensayos clínicos y las posibles complicaciones a largo plazo del uso de nuevas tecnologías médicas.
La tecnología está cada vez más presente en la industria farmacéutica y biotecnológica, lo que puede derivar en nuevas fuentes de riesgos de gran impacto, incluyendo no sólo robos de datos sensibles, sino también daños físicos. Por ejemplo, el hackeo de un dispositivo médico que monitoriza el estado de los pacientes y regula el flujo de medicamentos puede causar la administración de dosis del fármaco incorrectas y daños físicos importantes.
Además, el impacto de un ataque cibernético en la cadena de suministro podría provocar la interrupción del negocio, la incapacidad de brindar los servicios prometidos a los pacientes y daños reputacionales, así como afectar a activos intangibles, como los códigos patentados de los dispositivos médicos o los datos de las investigaciones y los ensayos. Por otro lado, las nuevas tecnologías también pueden aumentar el riesgo de sufrir brechas en la privacidad de los datos. Por ejemplo, varios hospitales estadounidenses se enfrentan a demandas colectivas después de que se desvelara que la tecnología utilizada para obtener información sobre los pacientes recopilaba sus datos sin consentimiento.
Con cada nueva tecnología implementada y con cada proceso digitalizado es importante analizar los puntos débiles y los posibles usos no deseados y reforzar los controles en consecuencia. Dada la escasa capacidad de la industria aseguradora para cubrir nuevos riesgos, también es fundamental trabajar de la mano de los corredores de seguros para analizar las exposiciones específicas, establecer qué coberturas existen en cada caso y crear soluciones personalizadas para cualquier riesgo problemático.