Sentimos que vivimos en tiempos de desafíos extraordinarios, una sensación que se ve amplificada por un mundo cada vez más interconectado y global, por un escenario geopolítico y económico incierto y por un aumento en la rapidez y la variedad de información disponible. Sea como sea, lo cierto es que las empresas deben hacer frente a una serie de riesgos emergentes e interconectados, con impactos reales en sus modelos de negocio, riesgos que necesitan ser gestionados con nuevos enfoques de trabajo que tengan en cuenta esta realidad compleja.
Sin embargo, buena parte de las organizaciones no está o no cree estar preparada. Solo una de cada dos confía en que su enfoque sea el adecuado para responder al escenario actual de riesgos, según datos del último informe Emerging and Interconnected Risks Survey de WTW, elaborado en base a la información recabada de 333 ejecutivos de empresas de 55 países de todo el mundo. Además, poco más del 20 % confía en que la estrategia de la organización seguirá suficiente para resistir a los riesgos que puedan surgir en los próximos 10 años.
El informe de WTW dibuja un panorama de riesgos complejos, dominado por los desafíos derivados del cambio climático y la tecnología (con especial atención a la inteligencia artificial y a la ciberseguridad). Sin embargo, la incertidumbre económica, las tensiones geopolíticas y los riesgos ambientales (como los derivados de un episodio de contaminación) también preocupan a los directivos de las empresas. Aun así, el informe recoge las dificultades de las organizaciones para identificar los riesgos emergentes que mayor amenaza les suponen: los ejecutivos encuestados señalaron 752 riesgos diferentes.
A pesar de todo, estos son los 10 riesgos emergentes más destacados para las empresas:
Ninguno de los riesgos señalados en el punto anterior funciona de forma aislada, sino que todos están conectados entre sí. Pero cuando todo está conectado de formas complejas, ¿por dónde empezar? Por esta razón, es necesario trabajar con marcos de evaluación de riesgos que vayan más allá de los modelos tradicionales, que capturan muy bien cada riesgo de forma aislada, pero no el riesgo asociado con la conectividad. Gracias a la información proporcionada por los ejecutivos encuestados, el informe de WTW propone seis grandes temas bajo los que agrupar los principales riesgos, para así entender mejor sus conexiones:
Para garantizar que los riesgos sean procesables, las organizaciones necesitan un enfoque de trabajo que vaya más allá de tranquilizar a los stakeholders con informes periódicos. Necesitan una estrategia que, entre otras cosas, asigne responsabilidades claras en la gestión de riesgos, tenga en cuenta un análisis detallado de la tolerancia a los riesgos de la organización y evite la concentración excesiva de riesgos. La nota positiva es que las organizaciones que ya están tomando medidas sólidas para gestionar sus riesgos tienen mejores resultados comerciales y operativos que la media de su sector, independientemente de su tamaño o su presupuesto.
En definitiva, el complejo panorama de riesgos actual exige no solo que las empresas trabajen duro, sino también que trabajen de manera inteligente para decidir entre las muchas opciones disponibles para gestionar sus riesgos, mitigarlos o transferirlos en línea con su estrategia y sus objetivos comerciales.