La dependencia del sector de alimentos y bebidas de los mercados mundiales para muchas materias primas y productos deja a las empresas expuestas a una amplia gama de riesgos geopolíticos emergentes.
- Los conflictos, como la crisis entre Rusia y Ucrania, pueden poner en riesgo la producción de materias primas básicas y derivar en sanciones, volatilidad repentina de precios, inflación e interrupción de las rutas comerciales.
- Los aranceles y las sanciones sobre los alimentos se están convirtiendo en armas, como una forma de castigar a los estados o de lograr los objetivos de la política internacional.
- Los ataques cibernéticos patrocinados por el estado están en aumento, lo que potencialmente afecta a una industria que depende cada vez más de las nuevas tecnologías.
- • El incremento del nacionalismo alimentario está obligando a los países a trasladar las cadenas de suministro a sus países de origen, lo que genera riesgos de interrupción y hace que los costos aumenten.
- Las empresas también se enfrentan a los peligros permanentes de terrorismo o secuestro que conlleva hacer negocios en países de alto riesgo.