Entre comidas navideñas y regalos, hay otra tradición con la que normalmente cumplimos en los primeros días del año: fijar los objetivos vitales para los próximos meses. Ahora, pasado ya enero, es el momento de ponerlos en práctica e intentar cumplirlos con éxito. Los objetivos financieros suelen ocupar un lugar importante en esta planificación anual, como ahorrar para una vivienda, hacerse con un colchón para imprevistos o establecer una estrategia a largo plazo para alcanzar una jubilación segura.
La planificación financiera y los hábitos financieros saludables son los dos pilares sobre los que construir el éxito económico personal y familiar, ya sea durante 2024 o a medio y largo plazo. A continuación, te contamos las principales estrategias para establecer metas financieras realistas, gestionar presupuestos y cultivar nuevos hábitos que refuercen nuestra salud financiera.
El dinero con el que contamos cada mes es limitado, pero los gastos son muchos. Desde cubrir las necesidades básicas, como alimentación, vivienda o vestimenta, hasta los objetivos a largo plazo, como ahorrar para los estudios de nuestros hijos o para una jubilación segura, pasando por el ocio o la salud, no siempre conseguimos que el presupuesto nos alcance para todo. Por eso es importante la planificación financiera personal.
La planificación financiera pasa por desarrollar y poner en práctica un plan, lo más detallado y exhaustivo posible, en el que se tengan en cuenta los ingresos, los gastos y los objetivos financieros personales o familiares y se escojan las estrategias que mejor nos ayuden a cumplirlos. Este plan nos permitirá alcanzar con éxito las metas marcadas y, también, minimizar el impacto económico de imprevistos en el futuro.
A la hora de establecer una estrategia de planificación financiera, debemos tener en cuenta que esta tiene que ser integral (no es recomendable dejar ningún aspecto financiero fuera) y tiene que estar orientada tanto a corto como a largo plazo. Además, cualquier persona, sea cual sea su nivel de ingresos, puede hacer un plan financiero, ya que su objetivo no es lograr hacer grandes inversiones o ahorrar mucho dinero, sino conseguir un equilibrio entre ingresos y objetivos que refuerce nuestra salud financiera.
Existen muchas formas de llevar a cabo un plan financiero, pero todas ellas deben contar con un presupuesto que refleje ingresos y gastos y una serie de objetivos financieros que podremos ir ajustando en función de la situación económica.
El punto de partida es conocer cuánto ingresamos y cuánto gastamos, ya sea a nivel individual o como familia. Para ello, tomamos como referencia los ingresos medios de un mes y los gastos habituales (como vivienda, alimentación, suministros y ocio). También es importante incorporar los gastos recurrentes, pero menos habituales, como la compra de un vehículo o de un teléfono móvil. Para ello, podemos coger el importe del gasto y dividirlo entre el número de meses durante los cuales vamos a amortizarlo. Es decir, mensualizar el gasto. Por ejemplo, si cambias de smartphone cada 36 meses y sueles gastar 360 euros en el aparato, podrás incorporar en el presupuesto un gasto de 10 euros al mes en móvil.
Este presupuesto debe ser lo más detallado posible, ya que nos ayudará a descubrir aquellos gastos que son menos importantes (y, por tanto, susceptibles de ser eliminados) y cuáles son esenciales. Una vez elaborado el balance mensual, podemos proyectarlo en el tiempo e irlo revisando al menos una vez al año para incluir los cambios que se produzcan en nuestra situación financiera, tanto a nivel de ingresos como de gastos.
Una vez sepamos de cuánto dinero podemos disponer, es momento de fijar nuestros objetivos financieros a corto, medio y largo plazo. Estos objetivos deben ser siempre realistas, atendiendo al presupuesto, y revisables, si se produce algún cambio importante en nuestra situación. Pero también deben servir de meta a la que agarrarse para mantener la disciplina financiera en el tiempo.
A la hora de invertir, el tiempo y el riesgo son clave. Cuanto mayor sea el horizonte temporal, más riesgo podremos asumir y, por tanto, mayores pueden ser las ganancias. De cara al ahorro para la jubilación, uno de los instrumentos de inversión más recomendables son los planes de pensiones, pero no son los únicos. En este artículo te contamos cuánto dinero hay que ahorrar para la jubilación.
Planificar tus finanzas para un futuro seguro pasa por mantener una disciplina de ahorro, ser regulares, planificar, establecer un presupuesto y unos objetivos claros y realistas e invertir. Todo ello conforma una base sólida para contar con una buena salud financiera y para poder resistir casi cualquier imprevisto. De acuerdo con la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), estos son los hábitos financieros más importantes:
En definitiva, la planificación financiera es clave para alcanzar el éxito este año, esta década y en lo que queda de siglo. Es la mejor manera de lograr una estabilidad económica a corto, medio y largo plazo, permitiéndonos cumplir nuestros objetivos y llegar a la jubilación con estabilidad financiera y con la seguridad de que podremos mantener nuestro nivel de bienestar.